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Old November 24th, 2012 #2
alex revision
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Rudolf Höss colgando de la horca en Auschwitz el 17 de abril de 1947 (Fotografia de Stanislaw Dabrowleck)


Rudolf Höss fue el primero de los tres comandantes sucesivos del campo de concentración de Auschwitz. Compareció ante el Tribunal Militar Internacional (TMI) como testigo, el 15 de abril de 1946. Su declaración causó sensación, confesó los crimenes más horrendos que la historia jamás había conocido. Decía haber recibido personalmente la orden de Himmler de exterminar a los judíos. Estimaba que en Auschwitz 2.500.000 habían sido exterminados con gas y al menos otros 500.000 habrían sucumbido al hambre y las enfermedades, lo que daba una cifra total de alrededor de 3.000.000 de muertos. Estas confesiones eran falsas. Le habían sido arrancadas mediante la tortura. Hizo falta esperar hasta 1983 para conocer la identidad de los torturadores y la naturaleza de las torturas.

Las confesiones de Höss están constituidas por cuatro piezas distintas que, según el orden cronológico, son las siguientes:

1.– Una declaración escrita firmada el 14 de marzo de 1946; se trata de un texto dactilografiado de 8 páginas redactado en alemán desprovistas de todo membrete y de toda referencia administrativa impresa y con abundantes correcciones diversas, sin la más mínima rúbrica. Höss firmó una primera vez después de haber escrito: “14.3.46, 2,30 horas”. Procedió del mismo modo tras dos líneas dactilografiadas que dicen: “He leído et texto precedente; confirmo que corresponde a mis propias declaraciones y que es la pura verdad”. Siguen los nombres y las firmas de dos testigos: dos sargentos británicos. Viene por fin la firma de un capitán de la Sección 92 de la Seguridad Militar en Campaa que certifica que los dos sargentos han estado presentes durante todo el procedimiento durante el cual el prisionero R. Höss ha efectuado voluntariamente su declaración. La fecha es la del 14 de marzo de 1946. Los Aliados atribuyeron a este docurnento la ref. NO- 1210.

2.- Una declaración bajo juramento firmada el 5 de abril de 1946, o sea 22 días mas tarde. Höss la firmó, no en su lengua, sino en la de sus captores. Su firma aparece tras tres reanudaciones: “Entiendo el inglés, lengua en que se halla redactado el texto precedente. He declarado según la verdad, he hecho esta declaración voluntariamente y sin coacción; tras haber releído mi declaración, la he firmado y certificado. En Nuremberg, Alemania, el 5 de abril de 1946″.

Las líneas enteras están añadidas en mayúsculas manuscritas a la manera inglesa, mientras que otras son tachadas de un plumazo. No hay ninguna rúbrica ni ninguna advertencia sobre el número de palabras tachadas como nulas. La ref. que los Aliados dieron a este documento es PS-3868.

Para disimular el hecho de que Höss había firmado una declaración bajo juramento que estaba en inglés, cuando habría debido estar en su propia lengua, en alemán, y para hacer desaparecer los tachones, las añadiduras y las correcciones, se recompuso el texto en limpio y se presentó como una “traducción”. Pero el tramposo fue demasiado deprisa. Creyó que una añadidura al párrafo 10 (debida a una mano inglesa) era una añadidura al final del párrafo 9. El resultado que el final del párrafo 9 se transformó en algo totalmente incomprensible.

Existen, pues, dos documentos diferentes bajo la misma acotación PS-3868: la pieza firmada por Höss y el “remake”. Este “remake”, esta chapuza, fue la utilizada ante el TMI.

3.– La declaración oral tan espectacuIar que ya he mencionado y que fue hecha ante el TMI el 15 de Abril de 1946, es decir, diez días después de la redacción del documento PS–3868.

Paradójicamente, fue un abogado de la defensa quien pidió la comparecencia de Höss. Cuando llegó el turno para el representante del ministerio de interrogar a Höss, hizo que pareciese que leía la declaración firmada por éste último y, en realidad, leyó extractos del “remake”.

Hadan Amen dio un pretexto para no leer el párrafo 9 preguntaba a Höss si era aquello lo que él había dicho. Recibió, eh todo y para todo, las siguientes respuestas: “Jawohl”, Jawohl”, “Jawohl”,” “Ja, es stimmt” a enormidades de bulto.

Normalmente deberían haberse hecho cien preguntas sobre este exterminio y las cámaras de gas, es decir, sobre un crimen y un instrumento del crimen sin precedentes en la historia. Pero nadie planteó esas cuestiones. En particular, el representante del ministerio, Coronel Amen, no solicitó ninguna precisión

4.–, Los textos reunidos generalmente bajo el título de “Le Commandant dAuschwitz parle” (en alemán “Kommandant in Auschwitz”). Höss los habría redactado a lápiz bajo vigilancia en la cárcel de Cracovia, a la espera de ser procesado. Fue condenado a muerte el 2 de abril de 1947 y colgado 14 días más tarde, en el campo de Auschwitz. Fue necesario esperar hasta 1958, es decir 11 años más tarde, para que se editaran en alemán lo que se ha llamado sus “Memorias”. La publicación corrió a cargo del historiador Martin Broszat, que suprimió fragmentos que habrían mostrado claramente que Höss o sus carceleros polacos comunistas habían escrito barbaridades.

REVELACIONES DE HÖSS SOBRE SU PRIMERA CONFESION

Höss cayó en manos de los británicos, que lo encerraron en un campo para SS. En su calidad de agricultor profesional, obtuvo una liberación anticipada. Fue empleado como obrero agrícola en una granja durante 8 meses. La Policia Militar reinició su búsqueda. Cuenta en sus memorias las circunstancias de su captura y lo que ocurrió después. El trato que sufrió Höss fue particularmente brutal. A primera vista asombra que los comunistas polacos permitiesen a Höss efectuar estas revelaciones sobre la Policía Militar británica. Tras una reflexión descubrimos que pudieron ser guiados por uno o más de estos motivos:

– El deseo de dar a esta confésión una apariencia de sinceridad y veracidad;

– La intención de suscitar en el lector una comparación halagadora para los comunistas polacos entre los métodos británicos y los métodos polacos.

– La necesidad de dar una explicaci6n a varios absurdos contenidos en el documento NO–1210 que los policias británicos habían hecho firmar a Höss, consistiendo uno de éstos en afirmar la existencia de un”campo de exterminio” en un lugar que no ha existido jamás en ningún mapa de Polonia: “Wolzek, cerca de Lublin.

He aquí en qué términos relata Höss :

El 11 de marzo, a las 23 horas, vinieron a arrestarme. Dos días antes de esa fecha mi ampolla de veneno se había roto. Despertado de un sobresalto, creía que era atacado por ladrones que, en aquellos tiempos, eran muy numerosos enla región: no tuvieron pues ninguna dificultad en arrestarme. Et tratamiento que recibí de la Field Security Police no fue particularmente clemente.
Se me Ilevó a Heide y me encontré de nuevo por azar en el mismo acuartelamiento del que los ingleses me habían liberado 8 meses antes. Mi primer interrogatorio fue “contundente”, en el sentido concreto de la palabra. Firmé la declaración verbal, pero no sabía lo que contenta: el uso alternado del alcohol y del azote era demasiado, incluso para mí. El azote era de mi propiedad personal. Se hallaba par azar en el bagaje de mi mujer. No creo que con él haya golpeado a mi caballo y ciertamente no lo habia hecho con los internados. Pero el hombre que me interrogaba pensaba probablemente que me había servido de aquél para golpear a los prisioneros durante todo el día.
Al cabo de algunos días, fui conducido a Minden-a.d.-Weser, centro de interrogatorios en la zona inglesa. Allí sufri un tratamiento todavía más brutal por parte del procurador militar, un comandante inglés.
Al dia siguiente se me trasladó en vehículo especial a Nuremberg, tras mis experiencias precedentes aquella cárcel fue una cura de salud. Representantes de todos los países aliados venían todos los días a dar una vuelta por nuestra prisión: en cada ocasión se me mostraba como una “bestia feroz”.
Se me había hecho venir a Nuremberg como testigo de descargo de Kaltenbrunner, a petición de su defensor. Hasta ese día no Ilegué a comprender por qué era yo, entre todos, quien había sido elegido para ese papel.
Las condiciones de mi estancia eran excelentes bajo todos los aspectos; disponíamos de una gran biblioteca y podía emplear todo mi tiempo en leer. Pero los interrogatorios eran verdaderamente muy penosos: No se nos inflingían malos tratos, pero la presión moral era muy difícil de soportar. No podia llevarme bien con mis jueces: todos eran judios.
El 25 de mayo, fui conducido al aeródromo donde se me entregó a oficiales polacos. Un avión de los EUA nos Ilevó a Varsovia”.

REVELACIONES EN 1983 SOBRE LOS TORTURADORES BRITÁNICOS DE HÖSS

Los revisionistas habían probado, desde hacía tiempo, que las diversas confesiones de Höss contenían tantos errores que no era posible otorgarles credibilidad. Höss habia sido torturado por británicos de la “92 Field Security Section”. Pero hacía falta una confirmación de esta hipótesis. La confirmción Ilegó con la aparición de un libro inglés que contenía el nombre del principal torturador (un sargento británico de origen judío). que no experimentaba ningún remordimiento, antes bien estaba orguIloso de haber torturado a un “nazi”. Hicieron falta tres días para obtener “Una declaración coherente”.

Tampoco se dan cuenta de que esa “declaración coherente” no es otra cosa que la confesión, verdaderamente loca que iba a marcar para siempre la historia del mito de Auschwitz.

El 11 de marzo de 1946 Clarke y otros cinco especialistas en información, con uniforme británico penetran en el domicilio de la Sra. Höss y de sus hijos. Clarke se pone a gritar: “Si no nos dice dónde está (su marido) la entregaremos a los rusos, quienes la colocarán ante un poste de ejecución y enviarán a su hijo a Siberia”.La Sra. Höss sucumbe y el emplazamiento de la granja donde estaba escondido su marido. Revela asimismo su falso nombre, Franz Lang. Y Clarke añade: “Una intimidación parecida sobre et hijo y la hija produjo informes idénticos”.El sargento judío y los otros cinco especialistas en interrogatorios de tercer grado parten entonces a la búsqueda dé Höss al que sorprenden en plena noche.

“Höss profirió un grito ante la simple visión de los uniformes británicos. Clarke aulló: ¿tu nombre?’. Cada vez que la respuesta era “Franz Lang”, et sargento Clarke aplastaba la cara de Höss de un puñetazo. A la cuarta, Höss cedió y reconoció quién era. El prisionero fue arrastrado desnudo hasta una de las mesas de matanza y allí Clarke creyó que los golpes y gritos no acabarían nunca.

Al final, el oficial de sanidad presente intervino con insistencla ante el capitán: ‘Dígales que paren o es un cadáver lo que usted se llevará’. Se echó sobre Höss una manta y fue arrastrado hasta el coche de Clarke, donde este derramó en su garganta una buena dosis de whisky.

Entonces, por vez primera, Höss contó una justificación que iba a repetir a menudo: ‘Recibía mis órdenes de Himmler. Soy un soldado como ustedes. Era necesario obedecer las órdenes’. El equipo estaba de regreso en Heide a las tres de la mañana. La nieve continuaba arremolinándose pero se le arrancó a Höss su manta y se le hizo atravesar completamente desnudo et patio de la prisión hasta su celda.

Höss se puso a relatar, sin ton ni son, cómo, habiendo prendido fuego a los montones de cadáveres, se recogía la grasa que de ellos se desprendía para volver a verterla -sobre los cadáveres. Evaluaba en dos millones el número de muertos sólo en el tiempo en que él había estado de comandante en Auschwitz; las matanzas alcanzarían a veces el número de 10.000 víctimas al día.

Rupert Butler termina su relato diciendo que Höss ya no buscaba negar ni escapar a sus responsabilidades. Es un hecho que en el proceso de Nuremberg, “Höss tenía el aspecto de un pingajo porque se había hecho de él un andrajo”.

Al final de su proceso en Cracovia, Höss acogió la sentencia de muerte con aparente indiferencia. R. Butler observa a este propósito: “(Höss) había conprendido que los Aliados habían recibido órdenes y que era absolutamente incuestionable que esas órdenes serían ejecutadas” No sabríamos decirlo mejor. R. Höss, a semblanza de millares de acusados alemanes entregados a la gracia de vencedores totalmente convencidos de su buen derecho, había comprendido rápidamente que no había otra elección que pasar por la voluntad de estos justicieros del Oeste y del Este”.

R. Butler evoca a continuación el caso de Hans Frank, antiguo Gobernador General de Polonia. Con el mismo tono de satisfacción moral relata las circunstancias de su captura y el tratamiento recibido:

“La celebridad del personaje no surtió ningún efecto en los dos soldados norteamericanos de color que lo detuvieron y que hicieron Io necesario para que fuera trasladado a la prisión municipal de Miesbach solamente después de que hubiese sido salvajemente golpeado y después arrojado a un camión. Frank aprovechó para cortarse la arteria del brazo izquierdo. No era, evidentemente, cuestión de dejarlo salir bien librado tan fácilmente: un oficial de sanidad le salvó la vida para poder ser colgado”. Hans Frank y Rudolf Höss no fueron los únicos en sufrir tratamientos de este género. Entre los casos más célebres se conocen los de Julius Streicher, Hans Fritzsche. Franz Ziereis, Josef Kramer, Oswald Pohl. Pero el caso de Höss es, con mucho, el más grave, por sus consecuencias. Ningún documento alemán prueba la existencia de una supuesta politica de exterminio.

Bernard Clarke es actualmente un hombre de negocios próspero establecido en el sur de Inglaterra. Se puede decir bien que fue su voz y su espíritu depravado lo que se escuchó en Nuremberg el 15 de abril ( 1946, cuando el procurador Amen daba lectura a la pretendida confesión de Höss. Ese día emprendía su vuelo una mentira de proporciones planetarias: la mentira de Auschwitz.

En un documento de algo más de dos páginas, Moritz von Schirmeister refiere que Höss le contó: “Seguramente he firmado que he matado a dos millones y medio de judíos. Pero podría también haber firmado que fueron cinco millones. Hay precisamente métodos para obtener cualquier tipo de confesión, sea cierta o no”.

OTRA DECLARACIÓN FIRMADA DE HÖSS

Los torturadores británicos de Höss no tenían razón alguna para molestarse. Tras haberle hecho firmar el documento NO-1210 el 14 de marzo de 1946, obtuvieron de él una nueva firma, esta vez el 16 de marzo y en esta ocasión al final de un texto en inglés, redactado por la mano de un inglés, con un espacio en blanco en la parte del papel donde debería haber figurado el nombre del lugar. Era necesario todo el cinismo, la inconsciencia y la ingenua truhanada de los torturadores para hacerle firmar una sencilla esquela donde se leía, en inglés:

Declaración efectuada voluntariamente en la prisión de (pasaje en blanco) por Rudolf Hösss, antiguo comandante del campo de concentración de Auschwitz, et 16 de marzo de 1946.

Personalmente he organizado bajo órdenes recibidas de Himmler en mayo de 1941 el gaseamiento de dos millones de personas, entre Junio y Julio de 1941 y finales de 1943, tiempo durante el cual he sido el comandante de Auschwitz.

Firmado:
Rudolf Höss
SS-Stubfhr.
Antiguo Kdt.deAuschwitz-Birkenau.”
Incluso la palabra ‘signed’ (“firmado”) pertenecía a una mano inglesa.

CONCLUSIÓN

El testimonio de Rudolf Höss era de una imporiancia primordial para los historiadores defensores de las tesis del exterminio de los judíos y de la existencia, en Auschwitz, de cámaras de gas homicidas. Rudolf Hoss efectuó este testimonio bajo tortura. La ironía ha querido que esa confirmación de la tesis revisionista haya sido involuntariamente aportada por un historiador exterminacionista. Este último no suponía ciertamente la importancia de su descubrimiento, que acabó de corroborar en Octubre de 1986 una emisión televisada británica: ‘Secret Hunters’.

NOTA. Por adaptaciones de espacio nos hemos permitido la herejía de eliminar algunos párrafos de este escrito de Robert Faurisson.
 
Old November 24th, 2012 #3
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Uno de los dibujos de David Olere (prueba “irrefutable” de los exterminacionistas) en el cual puede apreciarse como unos integrantes de los Sonderkommmandos, arrastran cuerpos gaseados sin ninguna protección en presencia de un soldado alemán también desprotegido.


Nota preliminar: Este ensayo está dedicado al Dr. Robert Faurisson. Él fue el primero en señalar las imposibilidades químicas y toxicológicas de la existencia de las cámaras de gas de Auschwitz.

A principios de 2005, el historiador del Holocausto Deborah Lipstadt publicó su famoso libro Historia de un juicio: Un día en la Corte con David Irving.

El libro es su versión de los hechos sobre el juicio en el año 2000 por difamación en el que el historiador británico David Irving demandó a Lipstadt por “ negacionista”.

Durante la duración de la sesión, la atención de los medios se centraron en la batalla entre las opiniones revisionistas y las tradicionalistas sobre la tragedia judía durante la Segunda Guerra Mundial. En el libro mencionado, se exponía de forma muy sencilla la cuestión a fin de que todo el mundo pudiera entender las razones por las que deben rechazarse las teorías revisionistas del Holocausto, aceptando así la existencia de las cámaras de gas de Auschwitz.

En la primera parte, Lipstadt pone en duda la investigación Fred Leuchter, el experto en cámaras de gas estadounidense que llevó a cabo el primer estudio forense de las supuestas cámaras de gas de Auschwitz. Comprobamos que, aunque el informe de Leuchter tenía sus defectos, sus conclusiones fueron corroboradas por un estudio científico sobre el mismo a cargo de Germar Rudolf del “Institute of Quimical Max Planck” .

Tanto en los informes de Leuchter como de Germar Rudolf, se dice que solo fueron encontrados restos minúsculos de gas de cianuro de hidrógeno (HCN) en las muestras tomadas de las paredes y los suelos de las supuestas cámaras de gas homicidas en Auschwitz. Sin embargo, grandes cantidades de residuos de HCN se encontraron en las muestras tomadas de las cámaras de desinfección, donde el HCN se utilizó para despiojar los colchones, la ropa y otras pertenencias de los prisioneros. Si la estancia señalada como “cámara de gas” fue efectivamente utilizada como tal, uno esperaría encontrar una acumulación considerable de residuos HCN, por lo menos algo comparable a la encontrada en las cámaras de desinfección. En ambos informes de las conclusiones son las mismas: No hay pruebas fehacientes de la existencia de supuestas cámaras de gas para envenenamientos a seres humanos.

Ahora vamos a examinar la técnica y el funcionamiento de las supuestas cámaras de gas de Auschwitz tal y como fueron presentadas por el profesor Lipstadt y uno de sus principales testigos expertos, el Dr. Robert Jan van Pelt, y luego plantearemos las siguientes preguntas: ¿Fueron científicamente posibles ? ¿Realmente existieron las cámaras de gas?

En su intento de demostrar que las cámaras de gas de Auschwitz existieron, Lipstadt,comentando el informe de Leuchter, dijo: “Si Irving hubiera realizado algunas investigaciones podría haber descubierto los errores de Leuchter que afirmaba haber medido 3.200 partes de HCN por millón. Sobre la base de este cálculo, Leuchter sostuvo que el residuo de una cantidad tan grande de gas habría exigido que los Sonderkommandos-los internos que manejaban los cdáveres-, habrían tenido que esperar veinticuatro horas antes de entrar en esas cámaras de desinfección”.

Con el fin de dar al lector una perspectiva adecuada, vamos a recrear el escenario de Lipstadt:

Las víctimas elegidas (de mil a dos mil) llenan en su totalidad la cámara de gas. El cianuro de hidrógeno se distribuye por toda la cámara, y los prisioneros mueren envenenados.

Los sistemas de ventilación eliminan el HCN residual y en ese momento los Sonderkommandos entran en la cámara y retiren los cuerpos de las víctimas.

Lipstadt. afirma que el cáculo de Leuchter declarando que los Sonderkommandos habrían tenido que esperar veinticuatro horas antes de entrar en la cámara era erróneo, pero Lipstadt se equivoca en su apreciación e insiste, “solo el diez por ciento de la cantidad calculada por Leuchter ya era suficiente para matar a seres humanos No hace falta más cantidad de gas para matar personas que para matar piojos”.

Las afirmaciones del fallecido Jean-Claude Pressac – un experto en las cámaras de gas de Auschwitz, (que con sus trabajos intentaba refutar las afirmaciones de los negacionistas del Holocausto) afirmó que de 12 a 20 gramos por metro cúbico de HCN eran los supuestamente utilizados en un gaseamiento , mientras que de 2 a 5 gramos por metro cúbico eran los utilizados en una desinfectación de piojos. Contradiciendo a Lipstadt, afirma que era necesaria una mayor concentración de gas para matar a seres humanos que para despiojar.

La afirmación de Pressac contradiciendo a Lipstadt, sugiere que él y sus compañeros promotores de la ideología del Holocausto cambian su historia de acuerdo a las necesidades propagandísticas del momento.

El Dr. Robert Jan van Pelt, profesor de arquitectura en la Universidad de Waterloo de Canadá, está considerado como el mayor experto en la técnica y el funcionamiento de las supuestas cámaras de gas de Auschwitz.

En relación con la defensa de Lipstadt en el juicio por difamación Irving-Lipstadt en Londres entre enero y abril de 2000, Van Pelt testificó como testigo experto en artilugios pensados para asesinatos en masa. Es evidente que Lipstadt se basaba, en gran medida, en el trabajo de Van Pelt en su intento de demostrar la existencia de las cámaras de gas de Auschwitz. Por lo tanto, cualquier crítica a las teorías Lipstadt también deberían hacerse a las de Van Pelt ya que este hace tres afirmaciones importantes con respecto a la técnica y el funcionamiento de las cámaras de gas homicidas. Una de las cuales era la absorción por los cuerpos de las víctimas, de la mayor parte del gas liberado dentro de la cámara..

Para contradecir las afirmaciones revisionistas del Holocausto, insiste en que los sistemas de ventilación de las cámaras de gas eran lo suficientemente eficaces para eliminar prácticamente todo el HCN restante en las cámaras después de una gasificación para que asi los Sonderkommandos pudieran entrar en ellas muy poco tiempo después de la muerte de todas las víctimas con el fin de hacer su trabajo.

En palabras del propio Van Pelt:. “Con el potente sistema de ventilación y con el hecho de que la mayor parte del cianuro de hidrógeno era absorbido por los cuerpos de las víctimas, el tiempo necesario para ventilar las cámaras de gas para que los Sonderkommandos se reducía a unos veinte minutos.”

Por último, afirma en su libro que David Olere (un dibujante judío-francés deportado a Auschwitz en 1943), “es uno de los testigos más importantes sobre el funcionamiento de las cámaras de gas, proporcionado datos visuales muy importantes sobre el diseño y funcionamiento de las cámaras de gas y los incineradores del Crematorio 3”.

De hecho, a lo largo de todo su estudio intenta demostrar que Olere es un testigo de fiar y habla de sus dibujos en los términos de “consistentes y evidentes”.

Jean-Claude Pressac también afirmó, en su momento, que los dibujos de Olere eran “un importante registro visual de las cámaras de gas”. “Los dibujos”, señaló Van Pelt, “fueron plenamente corroboradas por los planos arquitectónicos de la Oficina de Construcción de Auschwitz y las fotos aéreas”.

Por lo tanto, Lipstadt, Pressac y Van Pelt afirmaron que Olere era el más importante testigo de los gaseamientos masivos, y que sus dibujos daban a conocer al mundo “una descripción precisa de la técnica y el funcionamiento de las cámaras de gas de Auschwitz”. Pero, ¿es esto así?

En su libro, Van Pelt publicada algunos de los dibujos más importantes de Olere con respecto a la estructura y funcionamiento de las supuestas cámaras de gas, pero no incluye uno de los más importantes. Es una pintura que muestra los Sonderkommmandos abriendo la puerta de una cámara de gas y tirando los cadáveres después de un gaseamiento masivo. En la pintura, los presos están sin camisa, y no están usando ningúna máscara antigás, guantes de goma o trajes protectores.

Pressac incluye esta pintura en su libro porque supuestamente es un importante registro visual de la operación de las cámaras de gas. En relación con este asunto, escribió: “El fragmento de horno mostrado a la izquierda, más allá de las dos flechas, es puramente simbólico (no había horno en el sótano) y echa a perder una escena que habría sido irreprochable sin ese detalle”. Pressac dice claramente que esa pintura es una imagen exacta de lo que ocurría mientras reconoce que en ella hay un elemento ficticio.

En cambio Van Pelt no hablade la pintura en su libro, tal vez una de las razones por las que no incluye tan “importante” prueba es porque se dio cuenta de que lo que había dibujado Olere realmente no había existido.

El envenenamiento puede suceder fácilmente por inhalación o por absorción cutánea.

Leuchter habló de los peligros que entrañaba el manejo de una sola víctima envenenada por HCN . “El cuero de la víctima tiene que lavarse completamente con lejía o con amoniaco ya que el veneno exuda a través de su piel, si no se hace así la persona que lo manipule morirá”.

Bill Armontrout, perito en el segundo juicio a Ernst Zündel en Toronto y director de la Penitenciaría del Estado de Missouri, en la cual existe una cámara de gas para las ejecuciones, confirma el peligro: “Una de las cosas que el gas cianuro hace es entrar en el cuerpo a través de los poros de la piel, por lo que hay que usar guantes de goma y con una manguera descontaminar el cuerpo antes de hacer nada más “-

Armontrout reveló al tribunal Toronto las medidas de seguridad necesarias para evitar que aquellos que manejan el cuerpo de un cadáver víctima de intoxicación por el HCN pueden ser también afectados mortalmente por el gas: “El ventilador debe funcionar durante aproximadamente una hora antes de que dos oficiales equipados con Scott Air Pack (aparato autónomo de respiración que los bomberos usan para entrar en espacios llenos de humo) abran la escotilla de la cámara de gas y retiren la cubeta de plomo que contiene el residuo de cianuro. Los dos oficiales deben usar un traje de goma desechable y guantes largos también de goma. Rocíar el cuerpo del condenado en la silla donde ha sido ejecutado, con especial atención al cabello y a la ropa ya que suelen quedar restos de cianuro, luego sacar el cadáver y colocarlo en una camilla donde vuelve a ser descontaminado”.

Incidentes trágicos de la vida real corroboran las afirmaciones de Leuchter y de Armontrout.

A los veintitrés años, Scott Dominguez descendió a un depósito, con el fin de limpiarlo, en el se había volcado cianuro de hidrógeno y ácido fosfórico, con el fin de sanearlo. Cuando Scott comenzó a mojar el interior con una manguera se produjo el gas. Al igual que los Sonderkommandos del los dibujo de Olere, el señor Domínguez ni llevaba máscara ni equipo de seguridad, por lo que fue afectado por el HCN teniendo que ser rescatado por los equipos de emergencia y trasladado al hospital. Sufrió daños cerebrales permanentes a causa de su exposición al HCN.
Otro incidente trágico también apoya las afirmaciones de Leuchter y el de Armontrout.

En junio de 1995, se produjo un dramático accidente en una cueva en la ciudad francesa de Montérolier. Tres niños encendieron una hoguera en su interior sobre la que colocaron una bomba sin explosionar que encontraron de la Primera Guerra Mundial y que contenía gas de cianuro de hidrógeno. La bomba explotó y el gas mortal acabó con la vida de los niños y también con la de los cuatro bomberos que acudieron al rescate. Según un catedrático de química y física, Soulie Louis, las muertes de los niños y de los bomberos, (uno de ellos, incluso, llevaba una máscara antigás), se debieron al hecho de que el cianuro de hidrógeno se disuelve y penetra en el organismo a través de la piel, causando el envenenamiento.

Repitamos: Uno de los bomberos llevaba una máscara antigás, pero pereció debido a que el HCN penetró en su cuerpo a través de la piel. Incluso seis días después de su muerte, una concentración de cianuro, el doble de la dosis letal, aún se podía detectar en la sangre de los fallecidos.

Por último, está el caso de un suicidio por envenenamiento con cianuro que tuvo lugar en la Universidad de Grinnell, Iowa (EEUU). Una estudiante se suicidó ingiriendo cianuro de potasio, tomó tal cantidad que el vapor que expelía su cadáver afectó a las nueve personas que estuvieron cerca de ella, teniendo que ser trasladados al hospital urgentemente.

El cianuro de potasio reacciona con el agua existente en el interior del cuerpo produciendo gas de cianuro. Los gases emitidos a través de su piel eran tan tóxicos que la residencia donde el suicidio tuvo lugar y el hospital donde fue llevado el cuerpo de la estudiante, tuvieron que ser ventilados durante 24 horas!

Téngase en cuenta que estamos hablando de vapores que desprende un solo cuerpo. Imagínense los que pueden desprenderse de dos mil víctimas que fueron, supuestamente, gaseadas de un tirón en la cámara de gas de Auschwitz!

Con el fin de dar al lector una perspectiva adecuada, vamos a recrear el presunto escenario que describe Van Pelt:

Las víctimas elegidas (de mil a dos mil) se amontonaban en la cámara de gas. El cianuro de hidrógeno mortal se distribuye por toda la cámara, matándoles a todos. Los cuerpos de las víctimas absorben la mayor parte del gas letal en la piel, en el cabello, en los poros y en los pulmones. Los sistemas de ventilación eliminan rápidamente el HCN residual. En ese momento entran los Sonderkommandos y comienzan a extraer los cadáveres.

Una vez más, vamos a dar a Van Pelt el beneficio de la duda. Como sabemos los cuerpos de las víctimas absorben la mayor parte del gas HCN. Así que tenemos más de mil cadáveres saturados de gas mortal, (pelo, narices, bocas, piel, pulmones…) Bill Armontrout dice “ que el HCN emanaba de los cuerpos de las víctimas.

Sequimos, los Sonderkommandos entran en la cámara de gas para sacar los cuerpos. Según uno de los testigos más importantes Van Pelt, David Olere (el dibujante), los Sonderkommandos que sacan los cuerpos de las cámaras no llevan ni máscaras antigás, ni trajes protectores, ni guantes de goma para protegerse de la inhalación o absorción a través de la piel del HCN. Y, atención: ni tan siquiera llevan camisa !!

El pesado trabajo de la extracción de los mil cuerpos de las cámaras hace que los Sonderkommandos suden, y las personas que están sudorosas son aún más propensas a absorber el HCN a través de la piel.

Los cuerpos de los cadáveres, como ya hemos dicho, transmiten el HCN, por esa razón el cuerpo de alguien que ha muerto por envenenamiento con ese gas se debe lavar y descontaminar a conciencia.

En ningún escrito de Pressac ni de Van Pelt ni en los dibujos de Olere se hace mención, o se ve, de que el cuerpo de cada víctima debe lavarse y descontaminarse a fondo después de un gastamiento.

Volvemos a la operación de las cámaras de gas. Los Sonderkommandos entran en las cámaras para sacar los cuerpos y sudan a causa del duro trabajo. Esto hace aún más propensos a absorber el gas HCN mortal que emana de la masa de cadáveres en la cámara de gas.

Como señala el profesor Soulie, los bomberos murieron por el HCN absorbido por su sudor, también el que llevaba una máscara antigás, en cambio, David Olere, testigo directo de las extracciones, dibuja a los Sonderkommandos sin camisa, sin guantes de goma y sin máscaras antigás, lo cual les hace víctimas sin paliativos del gas.

Como vimos en el caso de la suicida del Grinnell College, el vapor de un solo cuerpo fue lo bastante tóxico como para enviar a los que se acercaron a su cuerpo al hospital. Imaginen el impacto toxicológico de uno a dos mil cuerpos, sobre los Sonderkommandos y soldados iban sin máscaras de antigás ni trajes protectores. La mortalidad entre ellos hubiera sido abrumadora!

Por lo tanto, el dibujo del principal testigo David Olere, o es inventado o está equivocado. Aunque la discusión de este asunto es un tanto vaga, ya que Van Pelt supone que, lógicamente, los Sonderkommandos tendrían que llevar – por lo menos – máscaras antigás para entrar en la cámara y extraer los cuerpos.

Quizás esta es la razón por la que Van Pelt no publicó el dibujo más importante de Olere. Se debió dar cuenta de que el testimonio más importante del funcionamiento de las cámara de gas contenía una imposibilidad física. En otras palabras: no pudo publicarlo porque no quería dar a los revisionistas del Holocausto más razonamientos para usarlos contra la historia de la cámara de gas de Auschwitz.

PeroVan Pelt, si incluyó un dibujo de David Olere en su libro. En ese otro dibujo muestra a los Sonderkommandos, después de un gastamiento, recogiendo pelo y arrancando dientes de oro de las víctimas. Al lado de los Sonderkommandos se aprecia la pierna con una bota militar de un soldado. Tampoco en ese dibujo los Sonderkommandos llevan máscaras antigás, guantes de goma, o trajes de protección para protegerse del HCN.

Volvemos a lo afirmado por el perito, el alcaide Bill Armontrout. El cuerpo de un criminal gaseado se debe lavar con una manguera y descontaminarlo, sobre todo los cabellos, ya que es en ellos donde la mayor parte del HCN es recogido. Sin embargo, en el dibujo de Olere, vemos los Sonderkommandos, sin ninguna protección, tocando con sus manos desnudas el pelo de miles de víctimas!

Uno de los puntos importantes aquí es lo siguiente: Incluso dando a Lipstadt y Van Pelt el beneficio de la duda, asumiendo que todas sus afirmaciones sobre el funcionamiento de las “cámaras de gas” son correctas, la operación de extracción sigue siendo prácticamente imposible.

No se puede contrarrestar las tesis de los revisionistas diciendo:. “Bueno, los dibujos de David Olere son sólo un símbolo de lo que realmente ocurrió, una licencia artística”. Si esto es así, entonces sus dibujos no son una representación exacta de la operaciones efectuadas en las cámaras de gas, porque entonces la afirmación del Dr. Van Pelt de que los dibujos de Olere proporcionan un registro visual muy importante se derrumba por si solo.

Tampoco se puede decir: “Bueno, a los nazis no les importaba la vida de los Sonderkommandos, así que para que usar ningún tipo de protección“. Muy por el contrario, los guardias nazis que supuestamente supervisaban las ejecuciones tenían que asegurarse de que los Sonderkommandos hicieran espacio de forma rápida sacando todos los cuerpos para dejar sitio a la siguiente tanda de víctimas. Por lo tanto, debían asegurarse de que los Sonderkommandos se mantuvieran vivos, por lo menos durante el tiempo suficiente para terminar “el trabajo”, es decir, que para lograr mantenerles vivos ese tiempo, habrían tenido que usar máscaras antigás y trajes protectores, también, como es del todo lógico, para proteger la vida de los guardias nazis que supuestamente supervisaban las ejecuciones.

Lo que se ha revelado aquí no es nada nuevo. Ya en la década de 1970, Robert Faurisson reveló al mundo la imposibilidad química y toxicológica de la cámara de gas en Auschwitz.

Irónicamente, es, creo, una señal muy favorable para el futuro del revisionismo del Holocausto, que la mayor parte de las elites de poder occidentales se niegen a debatir a los revisionistas , y en su lugar recurrir a los insultos, las amenazas y el encarcelamiento. El revisionismo del Holocausto no puede ser derrotado con la evidencia y la razón ya que sus adversarios son intelectualmente impotentes para hacerlo, ya que no pueden derrotar al revisionismo con los hechos, las pruebas y la lógica

Paul Grubach
 
Old December 4th, 2012 #5
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Entre noviembre de 1978 y mayo de 1993 Faurisson fue víctima de diez atentados, por lo menos nueve de ellos llevado a cabo por matones judíos. Ninguno de los agresores criminales en cualquiera de estos ataques ha sido llevado ante la justicia. El más salvaje fue un ataque casi fatal el 16 de septiembre de 1989, para el cual un grupo autodenominado “Los Hijos de la memoria de los Judios” se atribuyó la responsabilidad.


Entrevista concedida por el profesor Robert Faurisson, sobre el mito del Holocausto, a Mourad Ouabass el 17 de enero 2009.


¿Quién es Robert Faurisson?


-Estoy a punto de cumplir 80 años de edad. Nací cerca de Londres en 1929 de padre francés y madre escocesa. Soy por lo tanto ciudadano británico y ciudadano francés. He sido profesor universitario. Enseñé en la Sorbona y en una universidad de Lyon. Me he ganado el “agrégation des lettres” (un grado más alto obtenido después de la oposición) en las lenguas modernas y clásicas y la literatura (francés, latín, griego) y un doctorado en literatura y las ciencias sociales. Mis dos especialidades han sido la literatura francesa moderna y contemporánea y la valoración de textos y documentos (literatura, historia, medios de comunicación). Con interés especial en la propaganda de la Segunda Guerra Mundial.

¿Puede informar brevemente de su trabajo de investigación, cuyo objetivo ha consistido en revisar la historia de lo que hoy se conoce como el Holocausto?

-En el juicio de Nuremberg (1945 -1946), un tribunal formado por los vencedores de la guerra acusó a un vencido, Alemania, de lo siguiente:

1) De haber ordenado y planificado el exterminio físico de los judíos de Europa.

2) De haber, para ello, diseñado y construido armas de destrucción masiva llamadas cámaras de gas.

3) De haber, esencialmente, con esas armas, causado la muerte de seis millones de judíos.

¿Cómo se ha revisado esas acusaciones?

-Para respaldar esa acusación triple, que se repite durante los últimos sesenta años y más por todos los grandes medios de comunicación occidentales, no hay pruebas capaces de resistir un examen serio. He llegado a la siguiente conclusión:

Las pretendidas cámaras de gas hitlerianas y el pretendido genocidio de los judíos formar una sola y misma mentira histórica, que ha permitido una gigantesca estafa política y financiera cuyos principales beneficiarios son el estado de Israel y el sionismo internacional y cuyas principales víctimas son el pueblo alemán , pero no sus líderes, y el pueblo palestino en su totalidad.

¿Qué efectos ha tenido la publicación de los resultados de su investigación histórica, que entran en conflicto con la creencia generalizada de lo que se llama el Holocausto ?

-Mi vida se ha convertido en un infierno desde julio de 1974 cuando fuí denunciado por el periódico israelí Yedioth Aharonoth.
Desde 1974 hasta hoy he sufrido diez agresiones físicas, he tenido innumerables casos judiciales y condenas, y he terminado por ser suspendido como profesor de universidad.

En Francia, con el fin de silenciar a los revisionistas, el lobby judío tiene una ley especial llamada Fabius-Gayssot desde el 13 de julio de 1990, inspirada en una ley israelí de julio de 1986.

Laurent Fabius es un miembro socialista del parlamento, extremadamente rico y judío, mientras que Jean-Claude Gayssot es comunista. La ley Fabius-Gayssot prevé hasta dos años de prisión, una multa de 45.000 euros y otras sanciones para aquellos que desafían la historia oficialista del supuesto Holocausto.

En casi todo el mundo occidental, con o sin ningún tipo de ley especial, el revisionismo es severamente castigado. Un cierto número de mis colegas revisionistas o amigos han estado o están actualmente en prisión, especialmente en Alemania y Austria, países con los que aún no se ha firmado el tratado de paz firmado tras el fin de las hostilidades en 1945 por lo que los gobiernos siguen estando sujetos a la voluntad de los vencedores de la Segunda Guerra Mundial.

¿El Holocausto convertido en un tabú en todo el mundo?

-En el mundo occidental, la gente tiene el derecho a impugnar todas las religiones, excepto la religión del Holocausto. Uno puede burlarse de Dios, Jesús, Mahoma… pero lo que Simon Wiesenthal, Elie Wiesel, y Simone Veil, han dicho sobre el supuesto genocidio y de las supuestas cámaras de gas es intocable. Auschwitz se ha convertido en un santuario, se organizan peregrinaciones para que los visitantes vean las supuestas reliquias de las víctimas de las presuntas cámaras de gas: zapatos, gafas, pelo y las latas de que una vez contuvieron el Zyklon B, un insecticida presentado por haber sido la sustancia utilizada para matar a los judíos, mientras que se hayan usado efectivamente para la ropa de desinfección o edificios en campamentos asolado por epidemias de tifus. Se nos dice que los alemanes buscaron la solución final al problema judío en Europa y que esas palabras ocultaban, al parecer, su deseo de exterminar a los judíos. Eso es falso. Los alemanes, en realidad, buscaba una solución final territorial de la cuestión judía. Antes de la guerra pensaron que el territorio podría ser en Palestina, pero, muy rápidamente, se calculó que la solución sería imposible por la oposición del pueblo árabe.

Lo que pasó, entonces?

-Durante la guerra los alemanes, dispuestos a neutralizar a los judíos, colocaron un cierto número de ellos en campos de trabajo esperando el final del conflicto. Ellos pusieron frente a la solución definitiva hasta después de la final de la guerra. Durante toda la guerra, los alemanes dijeron a los aliados: “Se preocupan de los judíos, ¿verdad? Llévenselos. Estamos listos para enviarles a todos los judíos europeos, pero con una condición: que se queden en Gran Bretaña hasta el final de la guerra, bajo ningún pretexto deben de ir a Palestina, el pueblo palestino ha sufrido ya tanto en sus manos, que sería una “indecencia” llevarles allí para prolongar su martirio. “

¿Cuándo terminarán con los tribunales de justicia?

En mi próximo juicio, del que aún no se la fecha, voy a declarar ante los jueces lo siguiente: “El que se permite afirmar que las supuestas cámaras de gas nazis y el pretendido genocidio de los judíos son una realidad histórica es decir, tanto si está de acuerdo o no con esa afirmación, está dando apoyo a una mentira horrible que se ha convertido en la principal arma de propaganda de guerra del Estado de Israel, un Estado colonialista, racista e imperialista. Que además se atreve a protegerse en un mito como es el Holocaustomientras tiñe sus manos de rojo con la sangre de los niños palestinos! “
 
Old December 4th, 2012 #7
Ira Melanox
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Y la deportación de los Negros que no te interesa?


 
Old December 7th, 2012 #8
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Edificio donde se llevó a cabo la conferencia el 20 de enero de 1942


La Conferencia de Wannsee, fue la reunión de un grupo de representantes civiles, policiales y militares del gobierno de Alemania, que tuvo como tema central la “Solución Final del Problema Judío” (Endlösung der Judenfrage). Fue celebrada en Berlín el 20 de enero de 1942.

Al principio de la Conferencia, Reinhard Heydrich recordó a todos que acababa de ser nombrado responsable encargado de la preparación de la Solución Final de la cuestión judía en Europa(Endlösung der europäischen Judenfrage). Será en adelante responsable del conjunto de medidas necesarias para la Solución Final de la cuestión judía sin tener en cuenta los límites geográficos.


 
Old January 20th, 2013 #12
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“EL MITO DE LOS 6.000.000″. La 6ª edición, revisada y ampliada de este libro prohibido, fué presentada por su autor Joaquín Bochaca ayer en Barcelona.




La portada del libro “El mito de los seis millones” y su autor, Joaquim Bochaca, durante la presentación del mismo que tuvo lugar ayer día 19 de Enero el sala de Conferencias de la Librería Europa.


Según el Honorable Winston Churchill, la primera víctima de la guerra es la verdad. Difícil resulta discutir la justeza de esta afirmación del viejo león británico. En el curso de todos los conflictos bélicos del último siglo y del presente, la propaganda basada en atrocidades, reales o supuestas, del adversario, ha entrado a formar parte del arsenal ideológico, cada vez más indispensable para la obtención de la victoria total.

En el curso de la Primera Guerra Mundial, los Aliados, que monopolizaban casi por entero las agencias de noticias en todo el mundo, acusaron a Alemania de las mayores barbaridades. La propaganda sobre las atrocidades se convirtió en manos de hombres inteligentes pero desprovistos de escrúpulos, en una ciencia exacta. Increíbles historias de la barbarie germánica en Francia y Bélgica crearon el fraude de una excepcional bestialidad de los alemanes; fraude que continúa coloreando la mente de muchas personas en la actualidad. Los alemanes —se informó gravemente al mundo— se divertían arrojando al aire a los bebés belgas y ensartándolos con sus bayonetas al caer; también cortaban las manos de las enfermeras de la Cruz Roja. La prensa y la radio anglosajonas anunciaron la crucifixión de prisioneros canadienses. Aunque tal vez, la noticia más repulsiva y ampliamente puesta en circulación se refería a una fábrica para el aprovechamiento de cadáveres, en la cual, los cuerpos de los soldados, tanto alemanes como aliados, muertos en combate, eran fundidos para aprovechar la grasa y otros productos útiles al esfuerzo de la guerra de los Imperios Centrales. El hecho de que Arthur Ponsonby, eminente historiador y político británico, demoliera la fábula, no impidió al fiscal soviético en el Proceso de Núremberg de acusar otra vez a Alemania de haber montado una fábrica de jabón hecho con grasa humana, en Danzig, en 1942…

Sin embargo, el ministro británico de Asuntos Exteriores presentó públicamente excusas ante la Cámara de los Comunes por todos los ataques al honor de Alemania, reconociendo explícitamente que se trataba de propaganda de guerra.

Ahora bien, una confesión de ese talante no se ha hecho tras la Segunda Guerra Mundial. Al contrario, en vez de difuminarse con el paso del tiempo, la propaganda sobre las atrocidades alemanas y, de manera especial, la manera como fueron tratados los judíos europeos durante la ocupación de buena parte del Continente por las tropas de la Wehrmacht, ha ido en aumento. Hoy en día, en la televisión aparecen aún docenas de films sobre los campos de concentración.

La literatura concentracionaria, a los sesenta y cinco años de finalizada la tragedia, continúa lanzando nuevas ediciones al mercado, martilleando retinas y cerebros de las gentes con una cifra horrorosa: 6.000.000 de judíos “gaseados” por los alemanes. Sería el mayor genocidio de la Historia, perpetrado con increíble brutalidad en la tierra que vio nacer a Kant y a Beethoven, a Goethe y a Schiller.

Muchos escritores e historiadores han puesto en duda, o han negado resueltamente, la realidad del llamado Holocausto. En las páginas que siguen creemos haber demostrado de manera irrefutable que éstos tienen razón y que el hecho de pretender sostener, hoy en día, que entre 1939 y 1945 seis millones de judíos fueron exterminados, a consecuencia de una política oficial de las autoridades alemanas es una acusación cuyo único fundamento son sus móviles políticos.

En las páginas que siguen se revela, no solo la falsedad de la imputación de que seis millones de judíos fueron exterminados por los nazis, sino los motivos que hay para que poderosas fuerzas internacionales estén desesperadamente interesadas en la persistencia de ese fraude.


Editorial: Ojeda; Idioma: español; Encuadernación: tapa dura; Formato: 17x25cms.; 392 páginas; ISBN: 978-84-86041-95-3; Año ed. 2012; 6ª edición; Ilustrado B/N – 64 páginas.
 
Old April 11th, 2013 #13
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Estamos realizando un extenso reportaje sobre Amon Goeth, el que fué durante dos años comandante del campo de prisioneros de Plaszow-Cracovia. Goeth no deja de ser un personaje siniestro para la gran mayoría de los historiadores y, más tarde (gracias a la película “La lista de Schindler”), para el público en general.

De momento nos adelantamos con el polémico asunto del que, según testigos (?), era el entretenimiento preferido de Herr Goeth: “El tiro al judio”. Basado en un rudimentario dibujo hemos reconstruido graficamente la situación del balcón desde donde, supuestamente, el comandante, entre calada y calada, le daba al gatillo. Pero, para nuestra sorpresa, nos encontramos en que, según el ángulo de disparo, no había manera de darle a un prisionero, como máximo a un perro o a un centinela, pero no a un prisionero.

Hay mucha más información interesante sobre este personaje, nosotros no haremos de abogado del diablo, pero si intentaremos acercarnos al máximo a la verdad, que para eso estamos.
 
Old August 20th, 2013 #14
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La vida de Roman Polanski, que hoy cumple 80 increíbles años años, daría para un sinfín de largometrajes. Nació en París poco después de que Hitler llegara al poder aunque sus padres, judíos no practicantes, se trasladaron a su Cracovia natal, en el corazón mismo del Holocausto. Todos fueron confinados en campos de exterminio nazis. Su madre falleció embarazada en las cámaras de gas de Auschwitz; su padre logró sobrevivir a Mathausen. El pequeño Roman vagó por Polonia durante la guerra en medio del fuego cruzado. Llegó a ser utilizado como blanco humano por los alemanes en sus ejercicios de tiro. En sus memorias, relata su fuga del gueto de Cracovia: «El 13 de marzo de 1943, mi padre me despertó poco antes del amanecer. Cortó tranquilamente el alambre de púas con unos alicates, me dio un rápido abrazo y atravesé la alambrada»


Nota de la redacción:

Sí, han leido bien. Polanski miente con una desfachatez que nos hace carcajear, aunque imaginamos que a su pueblo no le hará ninguna gracia saber que paisanos tan tontos como los padres de Simón se trasladaron de Paris a Cracovia de donde los judios de allí salían en desvandada.

Si su madre murió embarazada en Auschwitz no sería en las cámaras de gas ya que no hay pruebas fiables de su existencia, mientras él corría como un conejo utilizado por los alemanes como blanco humano!! Y se salvó!! Acto milagroso o poca puntería de los malvados nazis?

Y ya el colofón con la historia del padre cortándo el alambre de púas del guetto de Cracovia con unos alicates para salvar a su hijo (mientras los centinelas alemanes y la policía judía estaban cantando habaneras, suponemos).

Señores, seamos serios: Alguien en su sano juicio puede creer tal historia?


 
Old August 26th, 2013 #15
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Un nuevo estudio dirigido por investigadores de la Universidad de Tel Aviv considera que los viajes educativos anuales con estudiantes de secundaria israelíes a Polonia para conocer el holocausto pueden provocarles problemas de salud mental.

Un tercio de los psiquiatras encuestados dijeron que habían tratado a adolescentes con problemas psicológicos derivados de los viajes educativos sobre el holocausto. La mayoría fueron tratados de problemas de ansiedad y trastornos del estado de ánimo, los informes también citaron hospitalizaciónes por transtornos postraumáticos de estres.

En la mayoría de los casos, los afectados presentaban factores de riesgo-como crisis psiquiátricas, familiares o dificultades sociales-diagnosticados antes de los viajes educativos sobre el holocausto. Otros tuvieron experiencias estresantes experiencias durante los mismos, tales como la intimidación y que no estaban relacionados con la enseñanza del holocausto.

“Los viajes a Polonia parecen plantear un riesgo principalmente a los adolescentes con antecedentes con problemas psicológicos”, dice el Dr. Yuval Bloch de la Facultad Sackler de Medicina, jefe de la Clínica Ambulatoria Shalvata y del Centro de Salud Mental de la Universidad de Tel Aviv. El Dr. Bloch llevó a cabo el estudio con su esposa la Dra. Aviva Mimouni-Bloch, (también profesora de la Facultad Sackler de Medicina y jefa de la Unidad de Neuropediatría del Hospital de Rehabilitación Loewenstein) y con su hijo, después de un viaje de ambos a Polonia.

Todo un rito

Cada año, alrededor del 20 por ciento de los estudiantes israelies de secundaria efecuan viajes como recordatorio del holocausto diseñados para enseñarles acerca de las atrocidades nazis cometidas contra los judíos europeos en suelo polaco. Ocho días de visitas a los campos de concentración y conferencias de supervivientes con historias sobre las acciones de los nazis contra miembros de la familia, detalles de experimentos y de horrores contra los judios durante la Segunda Guerra Mundial, etc,etc. Más de 30.000 alumnos han realizado ya esos viajes ya que fueron puestos en marcha por el Ministerio de Educación israelí en 1988.

Los viajes “educativos” sobre el holocausto han generado alguna polémica en Israel, ya que algunos se cuestionan si estos están dañando psicológicamente a los jóvenes del país. Un estudio realizado sobre 1.996 adolescentes que participaron en los viajes descubrió que el uno por ciento carecía de la “fortaleza mental” para procesar ese tipo de experiencia.

Un nuevo estudio, presentado por el profesor Gary Walter de la Universidad de Sydney y publicado en una revista australianasobre psiquiatría (con el mismo nombre) en mayo de 2013, es el primero en estudiar las consecuencias de esos viajes “educativos” sobre el holocausto desde la perspectiva de la salud mental. El estudio señala que hay pruebas de que “la exposición indirecta” a eventos traumáticos, como ver a la gente saltar desde el World Trade Center el 11 de septiembre de 2001, pueden precipitar el transtorno por estrés postraumático.

El estudio recomienda que los estudiantes de “alto riesgo” sean evaluados psicológicamente antes de participar en esos viajes del Holocausto y que, en todo caso, se proporcione el apoyo psicológico adecuado antes, durante y después del viaje. Para un futuro, el estudio sugiere la investigación sobre las reacciones de los adolescentes a esos factores de estrés pre-planeados, con preguntas como, por ejemplo: ¿Los viajes sobre “la educación” del holocausto afectan a adolescentes israelíes de diferente forma que a adolescentes de otros países? ¿Tener un abuelo sobreviviente del holocausto es un factor de riesgo?

Provided by Tel Aviv University


Nota de la redacción: El lobby judío ha logrado hacer que estos jóvenes israelíes estén mentalmente trastornados, aunque para curarles se les tendría que dar a conocer el revisionismo, remedio imposible de poner en práctica por estar prohibido por la ley y ser, además un tema “tabú”.

Faurisson dijo en 1980: “Entre las víctimas de la mentira del holocausto no solo se encuentra el pueblo alemán sino los palestinos y los propios jóvenes judíos, encerrados en el gueto del credo de su comunidad”.
 
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